Retrato de Emily Warren Roebling, de Carolus-Duran. Paris 1896. Foto: Brooklyn Museum, 1994.

Retrato de Emily Warren Roebling, de Carolus-Duran. Paris 1896. Foto: Brooklyn Museum, 1994.

Aprovechando que este domingo pasado se ha celebrado el día de la madre, vamos a recordar a una mujer que, cosas de la vida se convirtió en madre del Puente de Brooklyn, Emily Warren Roebling (1843 – 1903).

Emily, estadounidense, la segunda más pequeña de 12 hermanos, hija de una familia de clase media alta, pudo tener una buena educación gracias a la situación de su familia, a la ayuda prestada por uno de sus hermanos y a sus ganas de aprender.

Como decíamos, Emily se convirtió en jefa de obra del Puente de Brooklyn por casualidad o por las circunstancias de la vida, pero fueron su capacidad de liderazgo y aprendizaje los que la mantuvieron firme en un puesto siempre ocupado por hombres. Por aquella época no era nada común que las mujeres tuvieran acceso a estudios de ingeniería y, mucho menos, que lideraran proyectos de esta envergadura.

La historia es la siguiente, Emily se casó con Washington Roebling, ingeniero al servicio del ejército norteamericano durante la Guerra Civil. El padre de este, John Augustus Roebling, era el ingeniero jefe encargado de la construcción del puente para unir Brooklyn con Manhattan. A petición de John Augustus, Washington y Emily viajaron a Europa para conocer las técnicas de cimentación que se usaban en Europa con la finalidad de poder aplicarlas al puente de Brooklyn. Al regresar del viaje de investigación, el padre de Washington había muerto y este tomó el relevo del proyecto, pero poco después enfermó, había contraído el síndrome de descompresión, y pasó la batuta a su mujer. Fue entonces cuando Emily cogió las riendas y se puso a estudiar temas concernientes a la construcción para ser la voz y ojos de su marido y convertirse por sí misma en la jefa de obra.

 

Puente de Brooklyn, vista desde Manhattan.

Puente de Brooklyn, vista desde Manhattan.

En 1883, en la inauguración del puente de Brooklyn, Emily se convirtió también en la primera persona en cruzarlo. Sus ganas de aprender no terminaron por aquí, seis años después obtuvo el título de abogado en la Universidad de Nueva York.

Así como en el día del padre recordábamos al padre de la ingeniería civil, John Smeaton, en esta ocasión recordamos a una mujer determinada que demostró, en una época en la que hacían falta muestras como esta, la capacidad de las mujeres para dirigir y liderar proyectos normalmente comandados por hombres, Emily Warren Roebling, la madre del puente de Brooklyn.