Resumen de la publicación:
La empresa, con 260 empleados y sin deuda, facturó 58 millones en 2014, un 4% más que el año anterior, y se mantiene en beneficios. La compañía vuelve a crecer después del retroceso que sufrió por la crisis en el período 2009-2013, a la vez que entra en el negocio de los gimnasios y en el del vino.
El capital de Benito Arnó se distribuye a partes iguales entre Aurora Arnó, la presidenta, Ana Maria Arnó y Jaume Arnó, consejero delegado. Son primos y miembros de la tercera generación de los fundadores de Alfarràs (Segrià).
Benito Arnó, sin apenas deuda corporativa, intenta diversificarse hacia actividades como los gimnasios y la producción de vino, pero el grueso de la actividad sigue siendo la tradicional: la construcción y las canteras, donde extrae piedra y derivados que usa para la obra pública.
El 90% del negocio constructor radica en Catalunya, con colegios, carreteras y hospitales. También tiene presencia en Madrid. Arnó había trabajado principalmente con las Administraciones, pero ahora ha recurrido al cliente privado, que ya supone un 40% de su negocio.
Benito Arnó tiene canteras en Toledo, Guadalajara, Huesca de donde extrae piedra para producir balasto que usa para las infraestructuras del ferrocarril (AVE Madrid-Zamora) siendo uno de los principales productores de España.
La obra pública sigue siendo su negocio principal. Trabaja, entre otros, para Fomento (la N-II en Tordera); para la Generalitat (estaciones de la prolongación del Ferrocarrils FGC; la presa de l’Albagès) en el canal Segarra-Garrigues; para la Diputació de LLeida (Centre de Recerca Biomèdica en Torrelameu). Pero su reto es la diversificación más allá de la obra pública, según indica el director general, Joan Albert Arqués. Por eso participa en el accionariado de la sociedad del Gimmàs LLeida (10.000 m2, 6.871 socios y 60 empleados) y en la vinícola Lagravera, bajo la enseña de Onra, que produce unas 60.000 botellas (el 50% son exportadas). La viña está ubicada en una finca de 15 Ha que había sido una cantera y tras su explotación fue recuperada como viñedo. Se trata de un vino de cultivo ecológico y biodinámico, es decir, para su cultivo y tratamiento no se utiliza ningún agente químico. “Con eso no queremos ganar dinero, sino contribuir al medio ambiente” resume Joan Albert Arqués.