Con la llegada del verano, las condiciones climáticas se extreman y se complican especialmente los trabajos que se realizan en el exterior, como por ejemplo en la construcción.
Los planes de prevención recogen una serie de medidas para que la afectación de estas condiciones climáticas sea la menor posible:
- Moderar la exposición al sol: siempre que sea posible, hacer pausas frecuentes y descansos a la sombra o en lugares con ventilación.
2. Usar ropa de trabajo holgada, casco o gorra y no olvidar el calzado de seguridad. Es importante que la mayor parte de la piel esté protegida del sol.
3. Aunque se lleve ropa que cubra el cuerpo, se tiene que proteger la piel expuesta con protectores solares para evitar quemaduras y otras afecciones a la piel.
4. La hidratación cuando se está expuesto al calor es fundamental y por eso se tiene que beber agua periódicamente aunque no se tenga sensación de sed.
5. Cuando se organizan los trabajos, si es posible, se deben programar preferentemente los trabajos en máquinas con cabina o lugares a la sombra para las horas de temperaturas más elevadas.